Las cosas no son como antes,
dijiste al pasar,
yo
con las compras en el bolso,
vos,
entre idas y vueltas.
Entonces,
abrí un libro de Bradbury
y me senté a leer.
Pasaron los meses,
todo fue de mal en peor.
Nos diluimos como una gota de tinta
en el mar.
Bradbury aquí y allá,
un amigo
al que uno puede llamar
a las 3 a.m.
oye, Ray, creo que ha muerto. creo que debo cambiar de trabajo y de casa. hacer un poco de ejercicio no viene nada mal. además dejé de extrañar los encuentros nocturnos, no los necesito. eso si, a veces, tengo ganas de escribir cartas en papel.
oye, Ray, tu cuento La carretera, es insuperable.
oye, Ray, tengo ganas de darte un abrazo.