Un poema
es como un casette
que rebobinamos con una birone
para no romper la cinta.
En el lado A
está el poema que le escribiste a la persona eterna.
En el lado B
está el poema que te decía chau eternidad.
¿Rebobinamos?
Tengo algo que confesarte:
Duermo poco.
Una voz se me aparece y dice llamarse Bartok.
Como el compositor o no sé qué decir.
Hay una cucaracha caminado sobre el teclado (ahora).
Trabajo en una biblioteca donde escritores y escritoras
donan sus libros.
Trabajo en una biblioteca atendiendo llamados telefónicos de parientes
de escritores y escritoras que han dejado como herencia una cierta cantidad de libros.
Actos de Fe,
me dice Bartok.
Pero eso no es lo que quiero decirte.
Tampoco la cosa es contarte ideas de novelas o manifestaciones de poemas.
Estamos un poco cansados de todo eso.
El asunto es el siguiente:
No encuentro la chispa inicial del magitick.
Y cuando uno pierde el latido del corazón
la cosa se complica.
¿Cómo decirte?
Estoy viejo, ya lo sé.
Pero hay noches en las que me siento fatal y otras
en las que podría ser el doble de Batman.
Siempre un doble.
¿no?