viernes, 31 de diciembre de 2021

Navidad.

El ritual de los saludos.

Un impulso viajero 

nos convierte en astronautas de lo certero.


Ensayamos los abrazos a distancia,

la catarsis frente al ordenador, 

el pan dulce cubierto por un repasador.


Nadar entre signos,

ahogarse antes.

jueves, 30 de diciembre de 2021

Alquimia.

Atrapo moscas

una y otra vez

hasta que mis alas

se transforman en oro.


La soledad es el tesoro del alquimista.

Insomnio.

En lo humano 

se agota lo novedoso,

en cambio 

las abejas

encuentran 

en la repetición de sus dones

la alegría 

de no saberse 

abejas.

Astronomía.

Me inclino 

ante lo que se sustrae

y me otorga la dicha 

de habitar un paisaje

paralelo 

a las vías del ferrocarril.


Un flor naciente

detuvo

la marcha humana

y se hundió en la memoria

de las estrellas.

Medieval.

Todo resuena

hasta acallar la soledad

de los pájaros azules

en los comienzos

de los cuentos de hadas.


Los príncipes y las princesas

descansan en sus sarcófagos de nácar.


La silla peligrosa 

y el puente de las mil hojas 

fueron subastados en los confines 

del remoto reino del olvido.


Los castillos se incendian 

tras la muerte del último poema.


Eso si,

aquietados por la compasión, 

los guardianes del bien 

se  montaron a sus tablas de surf.

miércoles, 29 de diciembre de 2021

un bosque

 Quizá se trate 

de un bosque 

y miradas 

de ida y vuelta

y tal vez

algo 

de ese misterio 

se encarne por un tiempo

en uno y en un otro

y ellos

integren una constelación

de significados. 

Pero el bosque 

se abre hacia al mar.

martes, 28 de diciembre de 2021

Un vuelto.


Vas a comprar unas cuantas cosas

a la verdulería de siempre.

(eso te caracteriza: la repetición).

El señor verdulero 

pesa las papas, las paltas, las manzanas

y se equivoca en la suma.

Eso te beneficia,

pagás como si nada

(una voz te dice: algo estás haciendo mal)

y te ahorrás unos cuantos pesos.

La sensación es indescriptible, 

es una mezcla de criminalidad y asombro.

Caminás unas cuadras con las bolsas del mandado,

el sol es arrollador,

la calle parece apañar el error hasta que llegás a una esquina.

Mirás a tu alrededor,

pensás por unos segundos, 

que alguien te va a delatar.

Imaginate si por unos segundos, todas las sumas del planeta 

se equivocaran

y esos miles de pesos chuecos se transformaran 

en sonrisas,

o en una nueva camisa, 

o en una flamante bicicleta,

o en un libro de poemas.

Prehistoria.

 Uno espera ganarse la vida con honradez, 

ir y venir del trabajo, 

llegar a  casa, 

criar hijos.


De cuando en cuando, 

unas líneas de fiebre

y unas píldoras recetadas.


Anhelo en silencio, 

el derrumbe.


Tu ex

haciéndolo 

sobre la mesada de la ex cocina.


Vos y yo, 

pensando

cómo salir adelante

pero ya tenemos 

una edad sin puntos cardinales.


No me hagas reir. 

No hace falta.


Las viejas novelas policiales

suplantan las caricias.


Espero no escucharme hablar con las plantas.