lunes, 16 de septiembre de 2019

De chico 
mataba sapos.

Cientos. 

De chico, 
veía un terreno baldío 
donde tiempo después
un vecino murió electrocutado.

Nunca pude darte la mano
cuando salíamos de paseo.

Un escalofrío 
corría por mi espina dorsal.

Tampoco vi a mi padre 
darle un beso a mi madre.

La casa de mármol negro 
era una trampa para ratas.

Rezo:

Un niño grande 
con un tic en el ojo
y una completa indiferencia al amor.

No hay comentarios: