"No escribas poemas de corrido".
Eso dijiste,
antes de mostrarme
tu espalda
en aquel sueño.
Estábamos en el pasillo de un hospital
y te había traído una revista
para la noche.
Era el piso 14.
¿Vamos a fumar?
Un médico nos llamó
y dijo algo sobre tu mano,
tenías una especie de tumor
maligno.
Supe que años después
esa misma enfermedad
la sufrió tu hijo.
Alguien pasea
la mano amputada
en una camilla.
Algo me dice
que debo despertarte.
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