Una manera cuántica de entender los celos
sería saber que así como una partícula puede
estar en dos lugares a la vez y manifestarse,
nuestros cuerpos
pueden calcar ese comportamiento disociado
y estar aquí y allá
alegres o tristes.
(huelo a Spinoza).
El maestro Einstein
estudió muchos años lo que él denominó: teoría del campo unificado.
Teoría que daría sustento tanto a las leyes del universo como al mundo de las partículas elementales.
Una teoría lingüística unificada sería una buena solución para los celos o para otras
cuestiones del corazón: encontrar las concordancias entre las palabras y los comportamientos.
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