jueves, 5 de septiembre de 2019

Una pareja de palomas
anidó 
en nuestro balcón.

Ella
preparó un nido 
con ramitas
traídas
de allá y de acá.

El frío 
tiñe de negro 
la espera.

Ella empolla
un único huevo blanco.

Sus ojos 
atentos 
a nuestros movimientos
la hacen volar. 

La vida
teje su transparencia
en los márgenes del tiempo.

Soñé
con una voz
que me decía:
"la muerte es la ausencia de palabras."

Ella está ahí,
ofrendando su calor
de ave
a lo invisible de un instinto.

Cierro los ojos
y  me cubro 
con una manta de lana.

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