jueves, 11 de abril de 2019

Desmayo



Había un río, 
una pequeña población de intrusos, 
un perro de pelaje multicolor
y una enredadera
cubriendo mis arterias.

¿Alguien me escucha?

Dos mujeres estaban frente a mí, 
parecían bajadas de un Cerro,
vestían polleras largas 
y las emplomaduras de oro 
de sus dentaduras
me dieron una coordenada.

"Todavía estoy acá", 
en la esquina de Rivadavia y Pueyrredón, 
con la camisa empapada de sudor, 
temblando, 
a la espera.











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