Un amigo sufrió un ACV
y está en una cama
al cuidado de su familia.
Ese amigo
meses antes,
me hizo una propuesta ajedrecística:
juguemos al mejor de 3
y mientras me hablaba
en su cerebro se estaba gestando
una guerra
y nada de eso me hizo cambiar la idea
de llevar el tablero
a la mesa de la muerte
y ver a ese amigo llorar
como si anticipara su propio destino.
Enciendo una vela todas las noches por él
Soy un verdadero cobarde.
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