jueves, 19 de septiembre de 2019


Vamos a la plaza.

Nuestra hija
se monta a su bicicleta.

Es una experta conductora, 
esquiva bolsos y termos.

Su figura 
agiganta el paisaje.

Niños y niñas
aquí y allá.

Algunos comparten 
un rayo de sol
otros, 
juegan a las escondidas.

Me recuesto
sobre el césped.
Me dejo llevar
por el movimiento 
de las nubes.

Nuestra hija,
se encuentra 
con unas amigas
y plantean 
una mancha venenosa.

"¿Pudiste ver las ofertas de las calzas?"
"¿Cómo que tu  hermano no puede cuidar a Ema el lunes?"

Ráfagas de adultez
presagian la catástrofe.

Las horas de la tarde
traen 
una fiesta de harina y azúcar.

Nada que nos interese a vos y a mí,
pienso.

Nuestra hija 
hace una pirueta 
en un trepador.

Es maravilloso
ver
como todavía
su cuerpo está comunicado
con un Todo.

¿Lobo estás?

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